Un monstruo de 210 pies de largo (64 metros) hecho de grasa y toallitas húmedas usadas ha obstruido una alcantarilla en Sidmouth, en el suroeste de Inglaterra. Los funcionarios británicos dijeron en un comunicado que esperan que eliminar la gota pegajosa, que ocurrirá en "condiciones de trabajo excepcionalmente desafiantes", podría llevar hasta ocho semanas.
"Fatbergs" como este se han vuelto desagradablemente familiares en el Reino Unido. Como informó Live Science en 2017, los trabajadores usaron chorros de agua a alta presión para descomponer lentamente una "mancha rancia" de 820 pies de largo (250 m), 143 toneladas (130,000 kilogramos) que se formó en una alcantarilla de Londres. Finalmente, esa masa se convirtió en biocombustible, pero a los trabajadores les tomó meses restablecer completamente la función en el área afectada.
(Otra parte de ese fatberg, según Associated Press, terminó en exhibición en el Museo de Londres).
Parte del problema parece ser el hábito del público británico de tirar las toallitas de bebé usadas por el inodoro, ya que pueden agruparse y formar el andamio para los fatbergs. El problema se ha vuelto lo suficientemente grave como para que el gobierno haya propuesto prohibir las toallitas por completo.
Por ahora, los funcionarios en Sidmouth están pidiendo a los residentes que eviten contribuir a esta nueva masa antes de que los trabajadores puedan eliminarla, diciendo: "No alimenten al fatberg".