Los datos de ISO, el observatorio infrarrojo de la Agencia Espacial Europea (ESA), han proporcionado la primera evidencia directa de que las ondas de choque generadas por colisiones de galaxias excitan el gas del que se formarán nuevas estrellas. El resultado también proporciona pistas importantes sobre cómo se desencadenó y aceleró el nacimiento de las primeras estrellas en el Universo temprano.
Al observar nuestra galaxia y otras, los científicos han llegado a la conclusión de que la explosión de estrellas masivas como las supernovas genera ondas de choque y? Vientos? que viajan y excitan las nubes de gas circundantes. Este proceso desencadena el colapso del gas cercano que finalmente conduce al nacimiento de nuevas estrellas, como un efecto dominó.
La firma de este proceso es la radiación emitida por el hidrógeno molecular. Cuando las moléculas de hidrógeno están "excitadas"? por la energía de una explosión cercana, emiten un tipo distintivo de radiación que puede detectarse en el infrarrojo.
Este tipo de radiación también se observa en lugares donde las galaxias han chocado entre sí y la formación de nuevas estrellas se produce a un ritmo muy alto. Hasta ahora, sin embargo, no había una imagen clara de lo que sucede en el tiempo entre la colisión de dos galaxias y el nacimiento de las primeras nuevas estrellas.
El eslabón perdido ahora ha sido encontrado por un equipo de astrónomos alemanes que han analizado los datos ISO del par de galaxias apodado? Antenas? (NGC 4038/4039). Estas dos galaxias, ubicadas a 60 millones de años luz de distancia en la constelación? Corvus? (el Cuervo), se encuentran actualmente en una etapa temprana de encuentro. Los científicos notaron que la región superpuesta de las dos galaxias en colisión es muy rica en hidrógeno molecular, que está en un estado excitado.
En particular, la radiación del hidrógeno molecular es uniformemente fuerte en las áreas norte y sur de la región de superposición. Sin embargo, para sorpresa del equipo, hay muy pocas explosiones de supernovas o regiones de formación estelar intensa para explicar la emisión molecular observada de hidrógeno. Entonces, la excitación del hidrógeno molecular debe ser la firma de esa fase de nacimiento pre-estrella observacionalmente rara en la que el hidrógeno es excitado por la energía mecánica producida en la colisión y transportada por las ondas de choque. En otras palabras, estos resultados proporcionan la primera evidencia directa del eslabón perdido entre la colisión de gas y el nacimiento de las primeras estrellas. El equipo estima que cuando el gas colapsará para formar nuevas estrellas, durante el próximo millón de años, la galaxia de las Antenas se volverá al menos dos veces más brillante en el infrarrojo.
Los astrónomos creen que la formación de estrellas inducida por los choques puede haber jugado un papel en la evolución de las protogalaxias en los primeros mil millones de años de vida de nuestro Universo. Las ondas de choque producidas por la colisión de protogalaxias pueden haber desencadenado el proceso de condensación y acelerado el nacimiento de las primeras estrellas. De lo contrario, estos objetos, compuestos solo de hidrógeno y helio, habrían tardado mucho más en formarse, ya que los elementos ligeros como el hidrógeno y el helio tardan mucho en enfriarse y condensarse en una protoestrella. Las ondas de choque de las primeras colisiones de nubes pueden haber sido la mano amiga.
Fuente original: Comunicado de prensa de la ESA