Descubierto originalmente por la encuesta Wide Angle Search for exoPlanets (WASP) en 2008, el exoplaneta eclipsante WASP 10b ha sido reacio a permitir que sus propiedades se fijen. Si bien su masa ha sido fijada por dos grupos independientes a aproximadamente 3 veces la masa de Júpiter, el radio y, por lo tanto, la densidad general que da pistas sobre la composición, ha sido más difícil de determinar. Los grupos también informaron rarezas en el momento de los eclipses que pueden insinuar la presencia de otros planetas cuyo tirón gravitacional está cambiando la órbita de 10b. Un nuevo estudio intenta responder estas preguntas con observaciones de alta precisión del Observatorio Español Calar Alto de 2.2 metros.
El nuevo estudio, dirigido por astrónomos de la Universidad Nicolaus Copernicus en Polonia, es el primero de WASP 10b en tener en cuenta los efectos de las manchas estelares. Dado que la estrella anfitriona es una enana K, estos puntos deberían ser comunes. Cuando tales puntos están presentes, el planeta también puede eclipsarlos, haciendo que el brillo general aumente temporalmente. Este cambio aparente en el brillo de la estrella hace pequeños cambios en cómo los astrónomos determinarían el brillo general de la estrella. Este brillo se utiliza para determinar las propiedades de la estrella, como su radio, que también influyen en la determinación del radio del planeta. Como tal, estos puntos deben tenerse en cuenta para la comprensión más precisa posible.
El equipo observó cuatro tránsitos del planeta a fines de 2010. En ese tiempo, había puntos estelares presentes en tres de los cuatro tránsitos. Con las manchas restadas, el equipo estuvo de acuerdo con las estimaciones previas de masa, pero encontró un valor aún menor para el radio que cualquiera de los estudios anteriores. Su valor era solo un pequeño porcentaje más amplio que Júpiter a pesar de ser tres veces más grande. Si bien esto no hace que WASP 10b sea el planeta más denso conocido, sí se ubica entre los principales contendientes.
Estos resultados tienen implicaciones sobre cómo se pueden formar los planetas en general. Dado que se estima que WASP 10 es una estrella relativamente joven, implicaría que el planeta principal formó un núcleo rocoso desde el principio y que no se depositó más tarde por colisiones. El equipo estima que requeriría una masa total para el núcleo de aproximadamente 300-400 veces la masa de la Tierra.
Cuando el equipo agregó sus nuevos datos a estudios previos del sistema, descubrieron que el tiempo de los tránsitos ha seguido cambiando y que estos cambios no podrían ser producto de otros efectos, como manchas de estrellas en la extremidad de la estrella que alteran forma de la curva de luz. Como tal, señalan que "este hallazgo respalda un escenario en el que el segundo planeta perturba el movimiento orbital de WASP 10b".